Como decía Oscar Wilde ... “No hay nadie tan superficial como el que no se fija en las apariencias.”
Al Comienzo del S XX quienes dictaban la moda eran las “Maisons Parisienses”.
Al Comienzo del S XX quienes dictaban la moda eran las “Maisons Parisienses”.
La casa más
prestigiosa era la del inglés Charles Frederick Worth fundada a mitad del S XIX que vistió a las más altas esferas de la sociedad.
Sus clientas eran de la realeza, la aristocracia, las mujeres más ricas, las bellezas más famosas y las celebridades ocasionales del mundo de la moda.
Sus clientas eran de la realeza, la aristocracia, las mujeres más ricas, las bellezas más famosas y las celebridades ocasionales del mundo de la moda.
FREDERICK WORTH (1825-1895) |
Quienes no podían pagar los desorbitantes precios de la “House Worth” frecuentaba otros grandes costureros como Jacque Doucet, Doeuillet, Laferrière, Jeanne Paquin, o las hermanas Callot.
Costureras selectas
de San Petesburgo y Londres proveían vestidos para la corte y las ceremonias
mientras que empresas británicas con filiales en París como Redfern y Creed, ofrecían
lo más alto en ropa a medida, lo que era
muy importante en el vestuario femenino de esa época.
La “hi society”
americana hacía viajes transatlánticos para comprarse ropa en Europa,
enriqueciendo a las casas de alta costura y a los empobrecidos aristócratas
europeos con quienes se casaban a cambio de títulos y posición.
HERMANAS CALLOT |
JEANNE PAQUIN |
La “Season” (estación o temporada) gobernaba a la alta sociedad, que tenía una frenética agenda de eventos sociales al comenzar el verano. Esto exigía un amplio vestuario y un gran número de joyas para cada ocasión.
Los vestidos de
noche en seda, satén o terciopelo,
dejaban hombros desnudos, los brazos se cubrían con guantes largos de
cabritilla, y los escotes eran sumamente pronunciados para lucir las joyas.
Durante el día los
vestidos a medida estaban cubiertos de adornos y se acompañaban con un sinfín
de accesorios, gorros y sombrillas. Los vestidos simples, blusas y faldas de
verano, eran de tejidos suaves, naturales, como algodón o lino, aunque no
faltaba el bordado inglés en los acabados o encajes.
JACQUES DOUCET |
GEORGES DOEUILLET |
Como no podía ser
de otra manera, porque toda mujer lleva
dentro una rebelde indomable; algunas preferían desentenderse de las exigencias
sociales haciendo oídos sordos a las tendencias dominantes de la moda y optaban por vestir “artísticamente”.
Denominadas de
“Bohemias” estas mujeres frecuentaban los círculos de vanguardia y se vestían
con ropa de la Liberty o de la Omega Workshop de Londres, de la Fortuny de Venecia incluso hasta de la “Wiener Werkstätte”, una
pequeña pero influente cooperativa de diseñadores y artistas vieneses, que
pretendían mudar el estilo de vestir.
Entres estos
artistas se encontraba la pintora Sonia Delaunay pretendía unir el arte y la
moda, expresando nuevas ideologías a través del diseño de la vestimenta, igual
que las constructivistas rusas Liubov Papova y Varvara Stepanova.
Estas artistas
formaban parte del movimiento que se dio durante los primeros veinte años del
Siglo pasado, época en que los nuevos “ismos” comenzaban a aparecer en Europa,
fauvismo, cubismo en París, secesionismo en Austria, expresionismo en Alemania,
futurismo en Italia, constructivismo en Rusia; seguidos por el surrealismo y el
modernismo.
Pintores, poetas,
músicos, escritores y arquitectos vivían en un mundo llamado “Bohemia” que bien
podría hallarse en París, en Bloomsbury, Montmartre o en Schwabing, donde la
vestimenta era un símbolo de libertad que estaba más allá toda formalidad burguesa,
de las restricciones físicas y sobre todo, era un símbolo de la intención de amalgamar
todas las facetas del arte y el diseño, incluyendo la moda, al día a día,
llamada “Gesamkunstwerk”, la obra de arte total.
VOGUE PARIS |
LIUBOV POPOVA |
LIUBOV POPOVA |
VARVARA STEPANOVA |
El amante de la
costura desde niño, Paul Poiret, contratado por Jacques Doucet en 1898 y para la “maison Worth” en 1901, que
debió abandonar luego de dos años por la excesiva modernidad de sus creaciones,
abrió su Maison en París. Pouriet se
convirtió entonces en el primer “couturier” que transportó ese dinamismo social
a su trabajo.
Simplificó la
silueta y abandonó las construcciones elaboradas para centrarse en paletas de
colores dramáticos, con estampados sumamente bellos y delicados.
Su colección de
1906, donde lanzó la moda directorio, recta y de talle alto, revolucionó el
mundo de la moda. Luego la continuó con una tendencia orientalista, sacos
largos, drapeados, estilo quimono, con estampados chinos, persas y japoneses,
túnicas transparentes con dobladillos alambrados y terminaciones en franjas de
piel con hilos dorados sobre pantalones “harem” de tejidos leves, holgados y estrechos en los tobillos. Y fue
el primer “couturier” en dejar las luces de sus escaparates encendidas durante
toda la noche.
PAUL POIRET (1879-1944) |
LADY DUFF GORDON (1863-1935) |
Como podrán ver amigas, en este pequeño resumen de la introducción del libro: “100 Years of Fashion” de Cally Blackman, una verdadera joya que nadie que ame la moda debería perderse, queda de manifiesto que el mundo del arte, el diseño, el color, el lenguaje corporal, la expresión ideológica y hasta política, se ha mezclado con la moda desde los comienzos de los tiempos y en distintas épocas a través de la historia.