quinta-feira, 21 de março de 2013

UN POCO DE HISTORIA


Como decía Oscar Wilde ... “No hay nadie tan superficial como el que no se fija en las apariencias.”

Al Comienzo del S XX quienes dictaban la moda eran las “Maisons Parisienses”.

La casa más prestigiosa era la del inglés Charles Frederick Worth  fundada a mitad del S XIX que vistió a las más altas esferas de la sociedad. 
Sus clientas eran de la realeza, la aristocracia, las mujeres más ricas, las bellezas más famosas y las celebridades ocasionales del mundo de la moda.



FREDERICK WORTH (1825-1895)



 







 








 







 








Quienes no podían pagar los desorbitantes precios de la “House Worth” frecuentaba otros grandes costureros como Jacque Doucet, Doeuillet, Laferrière, Jeanne Paquin, o las hermanas Callot.
Costureras selectas de San Petesburgo y Londres proveían vestidos para la corte y las ceremonias mientras que empresas británicas con filiales en París como Redfern y Creed, ofrecían lo más alto en ropa  a medida, lo que era muy importante en el vestuario femenino de esa época.
La “hi society” americana hacía viajes transatlánticos para comprarse ropa en Europa, enriqueciendo a las casas de alta costura y a los empobrecidos aristócratas europeos con quienes se casaban a cambio de títulos y posición.




HERMANAS CALLOT











 




JEANNE PAQUIN
















 




La “Season” (estación o temporada) gobernaba a la alta sociedad, que tenía una frenética agenda de eventos sociales al comenzar el verano. Esto exigía un amplio vestuario y un gran número de joyas para cada ocasión.
Los vestidos de noche en seda, satén o terciopelo,  dejaban hombros desnudos, los brazos se cubrían con guantes largos de cabritilla, y los escotes eran sumamente pronunciados para lucir las joyas.
Durante el día los vestidos a medida estaban cubiertos de adornos y se acompañaban con un sinfín de accesorios, gorros y sombrillas. Los vestidos simples, blusas y faldas de verano, eran de tejidos suaves, naturales, como algodón o lino, aunque no faltaba el bordado inglés en los acabados o encajes.



JACQUES DOUCET


 








 












GEORGES DOEUILLET







 























Como no podía ser de otra manera,  porque toda mujer lleva dentro una rebelde indomable; algunas preferían desentenderse de las exigencias sociales haciendo oídos sordos a las tendencias dominantes de la moda  y optaban por vestir “artísticamente”.

Denominadas de “Bohemias” estas mujeres frecuentaban los círculos de vanguardia y se vestían con ropa de la Liberty o de la Omega Workshop de Londres,  de la Fortuny de Venecia  incluso hasta de la “Wiener Werkstätte”, una pequeña pero influente cooperativa de diseñadores y artistas vieneses, que pretendían mudar  el estilo de vestir.

Entres estos artistas se encontraba la pintora Sonia Delaunay pretendía unir el arte y la moda, expresando nuevas ideologías a través del diseño de la vestimenta, igual que las constructivistas rusas Liubov Papova y Varvara Stepanova.




















 
















Estas artistas formaban parte del movimiento que se dio durante los primeros veinte años del Siglo pasado, época en que los nuevos “ismos” comenzaban a aparecer en Europa, fauvismo, cubismo en París, secesionismo en Austria, expresionismo en Alemania, futurismo en Italia, constructivismo en Rusia; seguidos por el surrealismo y el modernismo.
Pintores, poetas, músicos, escritores y arquitectos vivían en un mundo llamado “Bohemia” que bien podría hallarse en París, en Bloomsbury, Montmartre o en Schwabing, donde la vestimenta era un símbolo de libertad que estaba más allá toda formalidad burguesa, de las restricciones físicas y sobre todo, era un símbolo de la intención de amalgamar todas las facetas del arte y el diseño, incluyendo la moda, al día a día, llamada “Gesamkunstwerk”, la obra de arte total.





VOGUE PARIS




LIUBOV POPOVA














LIUBOV POPOVA






VARVARA STEPANOVA







 




















El amante de la costura desde niño, Paul Poiret, contratado por Jacques Doucet  en 1898 y para la “maison Worth” en 1901, que debió abandonar luego de dos años por la excesiva modernidad de sus creaciones, abrió su Maison en París.  Pouriet se convirtió entonces en el primer “couturier” que transportó ese dinamismo social a su trabajo.
Simplificó la silueta y abandonó las construcciones elaboradas para centrarse en paletas de colores dramáticos, con estampados sumamente bellos y delicados.
Su colección de 1906, donde lanzó la moda directorio, recta y de talle alto, revolucionó el mundo de la moda. Luego la continuó con una tendencia orientalista, sacos largos, drapeados, estilo quimono, con estampados chinos, persas y japoneses, túnicas transparentes con dobladillos alambrados y terminaciones en franjas de piel con hilos dorados sobre pantalones “harem” de tejidos leves,  holgados y estrechos en los tobillos. Y fue el primer “couturier” en dejar las luces de sus escaparates encendidas durante toda la noche.



PAUL POIRET (1879-1944)









 










 






 


 La Inglesa Lady Duff Gordon, una de los supervivientes del hundimiento del Titanic, más conocida como Lady Lucile, también fue una gran estilista de mucho suceso, con sus delicados vestidos de nombres tales como : “el  murmullo de los labios insatisfechos” presentados por modelos esculturales. Sus diseños no eran tan osados como los de Pouriet aunque también tenían influencias artísticas, pero Lady Duff Gordon fue la primera diseñadora de moda en adquirir renombre internacional, además de crear la “mannequin parade”, precursora de los  desfiles de moda en París, Nueva York,  y Chicago.










 


















 










 




LADY DUFF GORDON (1863-1935)

Como podrán ver amigas, en este pequeño resumen de la introducción del libro: “100 Years of Fashion” de  Cally Blackman, una verdadera joya que nadie que ame la moda debería perderse, queda de manifiesto que el mundo del arte, el diseño, el color, el lenguaje corporal, la expresión ideológica y hasta política, se ha mezclado con la moda desde los comienzos de los tiempos y en distintas épocas a través de la historia.